miércoles, 14 de enero de 2004

[041] Mohamed Kamal

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  • “Los golpes a las mujeres se deben administrar en unas partes concretas del cuerpo para que no dejen cicatrices o hematomas”
  • Mohamed Kamal · Imán de Fuengirola
  • 14 Enero 2004
  • Las caras del machismo · Vuestro cielo, nuestro infierno
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El 14 de Enero de 2004 el juzgado de lo Penal número 3 de Barcelona condenó a un año y tres meses de prisión al imán de Fuengirola, Mohamed Kamal Mustafá, por un delito de provocación a la violencia por razón de sexo que cometió al escribir un libro en el que aconsejaba cómo pegar a las mujeres sin dejar rastro. Era la primera vez que se aplicaba este delito en un caso de discriminación sexual.

El abogado del imán, José Luis Bravo, anunció que iba a recurrir la sentencia al considerarla “injusta” y consideró que había sido condenado “por la presión mediática que había sobre el caso”.

Según la sentencia, toda la obra “está precedida por un tono de machismo obsoleto en algunos casos muy acentuado”, que “vulnera abiertamente el principio de igualdad consagrado por la Constitución, promoviendo conductas de discriminación por razón de sexo intolerables y penalmente reprochables”.

El juez sostenía que decir frases como que en el hogar tiene que haber una autoridad suprema que debe ser el hombre o considerar que la mujer se ha convertido en un rival peligroso en pos de la victoria son “opiniones personales de Mohamed Kamal en su tarea de divulgación y constituyen mensajes contrarios a la igualdad de derechos y deberes entre los cónyuges”.

El imán fue denunciado en julio de 2000 por el Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid, la Federación de Mujeres Divorciadas y Separadas, la Asociación de Mujeres Magrebíes de Cataluña, las Mujeres por la Igualdad de Premiá de Mar o la Asociación de Asistencia a Mujeres Agredidas sexualmente, entre otras entidades.

El libro fue distribuido, principalmente, en el Centro Cultural Islámico de Madrid, el Centro Cultural Islámico Sohail de Fuengirola (Málaga) y La Casa del Libro Arabe de Barcelona. En su obra, el imán de Fuengirola recomendaba que los golpes a las mujeres “se deben administrar en unas partes concretas del cuerpo, como los pies y las manos, debiendo utilizarse una vara no demasiado gruesa, es decir, ha de ser fina y ligera para que no deje cicatrices o hematomas”.

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