jueves, 17 de abril de 2008

[12] [.tem] En clase y al salir de clase

======================================================


======================================================

La escuela debe jugar un papel fundamente en el cambio de las nuevas generaciones para que la sociedad admita la diferencia. "Todos iguales, todos diferentes" decía un lema y así lo ha creído siempre el movimiento de gays, lesbianas, transexuales y otras expresiones sexuales. "La educación es el camino" ha sido una constante en grupos como EHGAM. La tarea es ardua, porque educar en valores no es fácil.


Un estudio dado a conocer a finales de Octubre de 2006 entre el alumnado de escuelas de la zona de Bilbao es, más que significativo, aterrador. Baste señalar algunos titulares: "El 70% considera que la homosexualidad es una enfermedad", "El 80% considera que las tareas del hogar como fregar son cosas de mujeres"...

Aunque positiva, confiar únicamente en la asignatura "Educación para la ciudadanía" no es suficiente: transmitir esos nuevos valores y desterrar estereotipos y sufrimientos innecesarios requiere un planteamiento global.

======================================================

Imagen del videojuego "Bully", el acosador
  • Llega el presunto acosador
  • El juego denunciado por incitar el acoso escolar sale a la venta para mayores de 16 años
  • El País, 2006-10-30 # Patricia Gonsálvez · Madrid

======================================================
  • [ .txt ]
  • ¡Qué mariquita ni qué niño muerto!
  • Paco Vidarte · Hartza.com

A mi amigo Juan de Ayamonte y todos los que fueron, son y serán niños mariquitas en los colegios de Huelva

"Si volviera a nacer, volvería a ser maricón". O lesbiana. En esto coincidimos todos, al menos todos los que seguimos vivos heroicamente en una sociedad heterosexista y homofóbica porque hemos conseguido salir indemnes con mejor o peor suerte de sus criminales políticas de propagación del VIH, de acoso y persecución institucional y social desde pequeños hasta mayores. Esto es el orgullo gay, no otra cosa. Orgullo de seguir vivos y haber sorteado todo un dispositivo de disuasión encaminado a reprimir, desviar, invertir, obstaculizar, penalizar, martirizar física y psicológicamente nuestra preferencia sexual.

Sin embargo, pese a todo el orgullo gay que podamos acumular a lo largo de la vida y habernos construido un nicho social, familiar, laboral en el que sentirnos a gusto y absolutamente felices, creo que casi nadie sería capaz de decir esta otra frase, similar a la anterior, sin sentir un escalofrío por la espalda y ver cómo se le pasan cinematográficamente, en unos segundos, escenas de horror amontonadas en el desván de la memoria: "Si volviera a nacer, me gustaría volver a ser el niño mariquita de mi colegio". Es nuestra piedra de toque: no querer volver a vivir la infancia, un contexto donde nuestra autoestima era imposible. Toda nuestra infancia a la mierda, nada se salva. No quiero haber sido niño. Las maricas no miramos atrás. Vivimos y recordamos desde que empezamos a ser felices y de ahí en adelante. El presente y el futuro son nuestros. En el pasado sucumbimos. Quizás no todos, ni del mismo modo. Esto no es victimismo. Es historia. La historia de la España mariquita que siempre ha perdido en los dos frentes y cuyos muertos ni siquiera se desentierran ni son honrados.

Yo soy un niño muerto. No porque me solidarice hipócritamente con ninguna víctima del bullying, sino porque si alguna vez fui un niño, murió rápido: yo lo asesiné y lo enterré vivo buscando salvarme en mi vida de adolescente. Al que también enterré vivo, dándole con la pala en la cabeza hasta que dejó de moverse. Luego ya nunca he vuelto a sepultarme y tampoco creo en los fantasmas. Ahora sé defenderme.

"Si todos los niños y niñas deben estar protegidos contra los malos tratos (art. 6 [de los Derechos del niño]), eso significa que no se puede ejercer sobre ellos y ellas violencia física, psicológica o simbólica con el único objetivo de promocionar una identificación heterosexual o de castigar actitudes, gustos, opiniones, aficiones, etc., que se quieran interpretar como señales de disconformidad con un modelo de rol de género o con una posible preferencia sexual" (Llamas, R. y Vidarte, F. J.: Homografías. "Nenaza. La invención del niño mariquita", Madrid, Espasa-Calpe, 1999, p. 111). Hace ya muchos años que escribimos esto Ricardo Llamas y yo. Y que hablamos del suicidio y del acoso escolar por estos motivos nunca atendidos y siempre silenciados. Como sucede hoy.

Estamos asistiendo a una invasión mediática de algo que hemos sabido y experimentado siempre. Ahora parece que tiene nombre. Un nombre ininteligible e inescribible en castellano: bullying. Como si lo hubiéramos importado de culturas anglosajonas más avanzadas que la nuestra. De nuevo asistimos en nuestro país a un alejamiento culpable de toda responsabilidad respecto del "proyecto de exterminio de los (niños) mariquitas" como si fuera cosa de estos tiempos revueltos de crisis de autoridad y familia nuclear desmembrada por la Play. Ya es hora de que revisemos el sistema patriarcal heterosexista en que vivimos que provoca mortalidad infantil en las aulas, acoso, montañas de sufrimiento, mujeres maltratadas y asesinadas y más cosas terribles. Lo mismo que en Euskadi, parece que la culpa la tienen cuatro locos violentos irracionales, niños malos. La cosa es no mirarnos nunca el ombligo ni reconstruir la historia de un país de machitos violentos, heterosexistas, patrioteros, patriarcales, misóginos, creyentes, homofóbicos, deportistas y celosos asesinos de todo cuanto amenace su cada vez más precario sistema de opresión. Javier Sáez, amigo y teórico queer, me comentaba que en dos estudios franceses recientes sobre factores de discriminación en las aulas, a uno se le olvidó incluir la "homosexualidad" y el otro le preguntó a los niños directamente si eran homosexuales. Todos callaron, naturalmente. ¿Quién va a decir en su clase que es mariquita? El resultado del estudio fue que no existía discriminación por orientación sexual en las escuelas.

Menos científicamente, yo he hecho una pequeña encuesta entre amigos que cualquiera puede hacer rápidamente y, no por azar, a todos nos venía a la memoria alguna escena de acoso, de humillación. O incipientes estrategias de supervivencia y disimulo: "Yo no tenía pluma, pero era gordito, tenía gafas, era el empollón, un niño muy raro, muy complicado, introvertido, no me relacionaba, vivía en mi mundo, iba a mi bola, tenía uno o dos amigos tan solo y me dejaban en paz". No se trata de tener a todo el profesorado buscando y detectando persecutoriamente a los niños mariquitas para hipervisibilizarlos, patologizarlos, señalarlos y así poder "protegerlos". Ya me veo las quejas de los padres viendo su orgullo familiar por los suelos: "Mi niño ha sido objeto de acoso pero ¡no es mariquita!".

El problema no es que la agresión, el acoso convierta socialmente a la víctima en mariquita, la raíz del problema es que el bullying rubrica la heterosexualidad de los agresores en una edad temprana donde buscan afirmar su virilidad e identidad sexual como pueden, como ven, como siempre se ha enseñado en España (un país que apremia a ser hetero cuanto antes): a golpes con los maricas y las mujeres. Y demás antiespañoles.

======================================================
  • Lectura imprescindible:
  • Antes muerto que gay
  • El País, Salud, 2008-05-10 # Alba Payás Puigarnau · Psicoterapeuta responsable del Servicio de Apoyo al Duelo · Girona
======================================================
  • Documentos:
  • La diversidad afectivo-sexual y familiar en los manuales de “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos”: Un estudio de los manuales de Educación para la Ciudadanía / Area de Educación de la FELGTB. – Madrid: FELGTB, 2008[05] // Internet
============================================================================================================
  • Lecturas:
  • Billete de ira y vuelta / Beltrán Hecheres. – Madrid: Odisea, 2008[01] // Una emocionante novela de amor y venganza, que se adentra en un terreno muy poco tocado aún en la literatura: el acoso escolar. Javier y Manuel se conocieron diez años atrás en el colegio, pero entonces las cosas eran muy diferentes para ambos. Atrapados por un entorno cruel y homofóbico aún no eran dueños de sus destinos. Tras diez años de ausencia, Javier decide regresar al pueblo que le vio crecer para arreglar cuentas con su pasado.
  • Herramientas para combatir el bullying homofóbico / Raquel Platero y Emilio Gómez Ceto. -- Madrid : Talasa, 2007[05] // Del acoso escolar desconocemos aquellos elementos específicos de la discriminación homófoba, como son la ruptura de patrones de género y la pertenencia a minorías sexuales, entre otros. Se muestran actitudes y contenidos que permiten a profesionales de la enseñanza y la educación, madres y padres, enfrentarse a la invisibilidad y permisividad ante la discriminación homofóbica.
======================================================
  • Cortos:
  • KALI MA / Dir. Somar Chainani / 2007 · India · USA / 14 m. // Un joven gay de origen hindú es atacado en el instituto por el guaperas de la clase. La madre del agredido se vengará cual King Kong o Godzilla.
  • WE BELONG · Pertenecemos / Dir. Dean Hamer / 2007 · USA / 11 m. // “We Belong” es un corto documental sobre un adolescente rural que tiene el coraje de hacer frente al fanatismo y a la intolerancia de su escuela. C.J. vivió en sus propias carnes el bullying homófobo y decidió luchar contra él, denunciándolo a través de un proyecto de vídeo documental.

======================================================

ANVERSO


TUTORIA GLBT · IES DUQUE DE RIVAS
  • Cortos:
  • Vestido nuevo
======================================================

No hay comentarios: